martes, 26 de octubre de 2021

 

Medio siglo después …

A 50 años de la publicación de “Las venas abiertas de América Latina”

                                                                                                           *Daniel HERRERA

  No existen monumentos, ni placas conmemorativas, tampoco fechas que impliquen feriados por una celebración especial. Sin embargo, la memoria colectiva y la literatura latinoamericana cuentan desde hace 50 años, con un documento escrito de economía política, un análisis y síntesis de las más reveladoras de la historia, de la explotación económica y la dominación política a la que fue sometida la región desde la colonización europea hasta la década del ’70, Eduardo Galeano publicó en 1971 “Las venas abiertas de América Latina”.

  En Uruguay, se han realizado actividades en el mes de junio en la Universidad de la República (Udelar) institución donde fue secretario de redacción de la Gaceta Universitaria y encargado del Departamento de Publicaciones.

  No se trata en este escrito de problematizar la obra, simplemente recordarla para establecer a partir de cierta citas y de algunos artículos posteriores, la vigencia del pensamiento de Galeano,  de sus planteos y de los problemas estructurales que analiza, como reflexiona el poeta y crítico Daniel Freidemberg que indica que el libro “fue como un despertar, cuyos ecos resuenan todavía (…) sorprende advertir, salvo algunas afirmaciones coyunturales, hasta qué punto lo que dice está vigente medio siglo después, pese a que tanta agua y tanta sangre corrieron desde entonces. Hasta qué punto, frente a la siempre urgente realidad que nos toca, vuelve a abrirnos los ojos, a plantarnos en lo que, fuera de toda sanata, es nuestro ahora y nuestro acá” (Aletto, 2020).

  Tomemos por caso, el papel del Fondo Monetario Internacional en el escenario argentino, el endeudamiento del 2018 – 2019 del gobierno de derecha, de la restauración conservadora, cuyos funcionarios y familiares fugaron las divisas a paraísos fiscales; o bien, la aparición de los republicanos o los libertarios liberales con recetas simplistas, como un show de la televisión “que ayude a no pensar con riesgo ni a sentir con locura, que evite sueños peligrosos y que sobre todo evite la tentación de vivirlos” (Galeano, 2010).

  Pero volvamos al FMI, donde volvimos, al plantear su origen Galeano nos recuerda “El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial nacerán juntos para negar, a los países subdesarrollados, el derecho de proteger sus industrias nacionales, y para desalentar en ellos la acción del Estado. Se atribuirán propiedades curativas infalibles a la iniciativa privada. Sin embargo, los Estados Unidos no abandonarán una política económica que continúa siendo, en la actualidad, rigurosamente proteccionista, y que por cierto presta buen oído a las voces de la propia historia: en el norte, nunca confundieron la enfermedad con el remedio” (p. 265)

   En Argentina, donde ya en la década del ’90 habíamos experimentado que la injusticia social podía crecer con el crecimiento de la economía, no debíamos aceptar la vuelta al FMI y a sus condicionamientos. Debemos plantearnos fuertes desafíos, no es posible que la influencia de los “fabricantes de opinión” no nos dejen ver el daño y los efectos nocivos de las políticas neoliberales, donde las cifras de pobreza e indigencia confiesan, pero la derecha no se arrepiente, no aceptan condiciones sino que las imponen … “la tragedia se repite como farsa. Desde los tiempos de Cristóbal Colón, América Latina ha sufrido como tragedia propia el desarrollo capitalista ajeno. Ahora lo repite como farsa”. (Galeano, 1991)

 El oro, la plata, el cobre, el caucho, el azúcar y el café, entre tantas usurpaciones de los recursos en distintas regiones de América Latina a lo largo de los años, en manos de las grandes potencias colonizadoras, son detalladas en el libro en su primera parte. Luego, en el capítulo de ¨La estructura contemporánea de despojo´´ se analiza como continúa el saqueo por vías más indirectas, aunque no menos efectivas. “Desde que Chile aceptó la primera de sus misiones en 1954, los consejos del FMI se extendieron por todas partes, y la mayoría de los gobiernos sigue hoy día, ciegamente, sus orientaciones. La terapéutica empeora al enfermo para mejor imponerle la droga de los empréstitos y las inversiones. El FMI proporciona préstamos o da la imprescindible luz verde para que otros los proporcionen” (p. 286/287)

Medio siglo después, podemos preguntarnos. Cómo continuará la desforestación y el cambio climático, de qué manera se podrán defender los recursos naturales, del petróleo y el gas de “vaca muerta” en la cuenca neuquina, y las mayores reservas mundiales de litio en Bolivia, Argentina y Chile, ese componente clave para las baterías y otros aparatos electrónicos tan necesarios para el desarrollo tecnológico. “El sistema (…) opina que faltan capitales en países donde los capitales sobran pero se desperdician; denomina ayuda a la ortopedia deformante de los empréstitos y al drenaje de riquezas que las inversiones extranjeras provocan” (p. 21/22). 

Medio siglo después, las palabras de Galeano parecen de la semana pasada… “América Latina continúa exportando su desocupación y su miseria: las materias primas que el mercado mundial necesita y de cuya venta depende la economía de la región y ciertos productos elaborados, con mano de obra barata, por filiales de las corporaciones multinacionales. El intercambio desigual funciona como siempre: los salarios de hambre de América Latina contribuyen a financiar los altos salarios de Estados Unidos y Europa” (p. 269)

Escribir, expresaría Galeano, vale la pena… “uno escribe para devolverles a las palabras el significado que perdieron”.

Como pensar en la actualidad la migración de miles de personas hacia Estados Unidos o Europa, un éxodo trágico que la pobreza y la opresión en muchos se alienta como una posibilidad, una ilusión de prosperidad. Pero la dictadura invisible muestra su peor cara, y cinco siglos después reprime la “invasión de los invadidos”. Indignan las imágenes en la frontera de Estados Unidos y en el Mediterráneo de España.  Nunca evaluamos el daño en países como los nuestros que nos hemos creído “el cuento del mercado libre y dejamos que el dinero se mueva como tigre suelto”, aunque las personas no gozamos de los mismos privilegios.

“Bien decía Anatole France que la ley, en su majestuosa igualdad, prohíbe tanto al rico como al pobre dormir bajo los puentes, mendigar en las calles y robar pan” (p. 329)

La pandemia del Covid 19 se está superando con un dispositivo mundial de vacunación, de manera desigual en diferentes partes del mundo. Ahora bien, los cuidados continúan y los principales conceptos que prevalecen son el uso del barbijo y del alcohol en gel para el lavado de manos; hay otros como el de no mantener contacto o del “distanciamiento social” y las reuniones virtuales, el uso de plataformas, las “redes sociales” que atrapan el interés y las subjetividades, se viene desarrollando una nueva normalidad con dimensiones poco claras, en términos de Galeano … “un sistema que nos aturde de necesidades artificiales para que olvidemos nuestras necesidades reales”.

  “América Latina es una caja de sorpresas; no se agota nunca la capacidad de asombro de esta región torturada del mundo” (p.214), desde hace más de cinco siglos está entrenada para escupir al espejo: para ignorar y despreciar lo mejor de sí misma.

    Las inquietudes de Galeano se sostienen en el tiempo, por estos días hay cuestionamientos de la derecha argentina sobre el pueblo Mapuche y sus tierras ancestrales, su cultura y cosmovisión han sido sacrificadas, reducidas hasta casi desaparecer. Cuando alguna comunidad intenta plantear sus derechos o alzar su voz, aparece el racismo expresado con la mayor ferocidad, en el caso de la Patagonia Argentina para defender las tierras y los lagos “vendidos” a particulares extranjeros, los recursos “turísticos” y el subsuelo de hidrocarburos para el mercado internacional… “La historia oficial, vitrina donde el sistema exhibe sus viejos disfraces, miente por lo que dice y más miente por lo que calla. Este desfile de héroes enmascarados reduce nuestra deslumbrante realidad al enano espectáculo de la victoria de los ricos, los blancos, los machos y los militares” (Galeano, 1989).

   En el despojo de los recursos de los pueblos originarios se usa al Dios de los cristianos como coartada para el saqueo.

   El arzobispo Desmond Tutu se refiere al África, pero también vale para América … “Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: ´Cierren los ojos y recen´. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia”. (Galeano, 1992)  

    El análisis histórico tiene que brindarnos herramientas para reivindicar la diversidad, para reconocernos en el espejo, para disfrutar lo que vemos, cuando nos observamos. No deberíamos obedecer a las “dictaduras invisibles” de nuestro colonialismo mental. Eduardo Galeano sostenía que “nadie tiene el derecho de imponer a los demás su propia verdad, como si fuera la única verdad posible”, dedicó la mayor parte de sus escritos a denunciar al sistema enfermo de consumismo y arrogancia, a dar la pelea contra la organización desigual del mundo.

  En su autobiografía, escribió “Nací el 3 de setiembre de 1940, mientras Hitler devoraba media Europa y el mundo no esperaba nada bueno”. Después de una vida transcurrida y a cincuenta años de las Venas abiertas de América Latina y de toda su obra literaria, podemos sostener que su pensamiento sigue vivo y sigue siendo de gran utilidad para poder entender la construcción del presente. Muchas cosas buenas han pasado con su paso por este mundo, Eduardo Galeano.

 

Ciudad de Neuquén, octubre de 2021.

 

Bibliografía:

-       ALETTO, Carlos (2020) “80 años de Eduardo Galeano, el autor que nos enseñó a releer nuestra historia” Télam, Buenos   Aires.

-         GALEANO, Eduardo (2004) “Las venas abiertas de América Latina”. Siglo XXI. México.

-         GALEANO, Eduardo (2010). “Ser como ellos y otros artículos”. Siglo XXI. Buenos Aires.

-         SANCHEZ MORENO, Diego (2007) “El disfraz del despojo” En – Claves del pensamiento. Monterrey. México.

 

*Daniel HERRERA. Profesor y Licenciado en Ciencias de la Educación – FACE – Universidad Nacional del Comahue. Neuquén, octubre de 2021.