Escuelas Técnicas en contexto de transformación productiva y económica. *Daniel HERRERA
Asistimos a un período de
transición hacia un nuevo sistema tecnológico, que se despliega a partir de un
conjunto de innovaciones que plantean la restructuración de la organización
socio – productiva, originando demandas en la formación de recursos humanos
focalizada en la productividad y en la capacidad de adaptación a entornos tecnológicos
presenciales y virtuales.
Las tecnologías de la información, basadas en la microelectrónica,
caracterizan al modo de acumulación flexible y constituyen la base para nuevas
formas de organización que han ido desplazando al régimen de acumulación fordista.
Según Mattos, las nuevas tecnologías han afectado a las actividades productivas
en todas sus dimensiones y etapas, incorporando mayor flexibilidad en los
procesos de acumulación, gestión y producción. Así, puede observarse:
-
La optimización de los procesos de innovación y fabricación,
a través de diseño y la manufacturación asistida por computadora – CAD/CAM.
-
El desarrollo de un nuevo modelo gerencial y
organizativo, adopción del modelo Just in time – justo a tiempo – que permite
remodelar el sistema de producción.
-
La sustitución, para ciertos productos, de la fabrica de gran
tamaño destinada a la producción masiva, por estructuras modulares flexibles
(para demandas segmentadas mediante lotes más pequeños, de productos
diferenciados).
-
La adopción de nuevas formas de interrelación entre
empresas de diferentes especializaciones y dimensiones (donde la
subcontratación juega un papel importante).
La crisis causada por el Covid 19 y las restricciones de la pandemia
tuvieron un fuerte impacto en el mundo del trabajo, sobre todo, en el empleo
informal y provocó un aumento del trabajo en plataformas digitales, en general
en condiciones precarias.
La economía de plataformas digitales se transformó en la nueva forma de
producción capitalista de esta última fase, así, controla la intermediación a
través de plataformas digitales entre compradores y vendedores de bienes
(Amazon o Mercado Libre); productores y consumidores de entretenimiento
cultural (Spotify, Netflix); usuarios y proveedores de información global
(Facebook, Google); pasajeros y conductores de transporte (Uber, DiDi); o entre
consumidores y negocios de viandas o comidas (Pedidos Ya, Rappi).
El debate sobre la regulación del trabajo en plataforma se centra en
determinar si se trata de trabajo asalariado o de trabajo por cuenta propia. La
discusión se plantea en un modelo binario de la regulación laboral que
distingue dos formas de clasificación del trabajo: por cuenta ajena
(dependiente o asalariado) o por cuenta propia. En todos los casos de relación de
dependencia hay diversidad en los contratos de trabajo, que implican accesos a
derechos laborales individuales o colectivos, previsionales y a la seguridad
social. Los contratos de trabajo van mutando de jornada completa a reducida, de
tiempo completo a tiempo parcial y de jornada fija y continua a jornadas rotativas
en días y horarios. Por otro lado, el trabajo autónomo o por cuenta propia es
la forma más extendida del trabajo en plataformas y en diversas actividades. Los
monotributistas se han extendido a lo largo y ancho del país, donde el costo de
los derechos previsionales y asistenciales quedan a cargo de las y los propios
trabajadores.
A
la heterogeneidad económico productiva se le corresponde un mercado laboral
segmentado y en consecuencia, las demandas al sistema educativo que provienen
de sectores o actores sociales muchas veces da lugar a enfrentamientos
interpretativos sobre la función económica, política y social de la educación.
Si bien la educación no tiene como misión principal ser funcional al mercado,
una de las demandas del aparato productivo y de la división social del trabajo
capitalista, es la formación de recursos humanos calificados, circunstancias
que en el sector de la enseñanza técnica provoca un resurgimiento de la discusión
sobre la igualdad de la distribución de la educación, instancia que implica la recuperación
de vastos sectores de la población.
Analizando las demandas diferenciadas de los sectores empresarios,
sindicales y sociales, Graciela Riquelme sostiene que hay que bregar por una … “recuperación
educativa de los trabajadores, mejora de la calidad de la educación media y técnica,
estructuración de alternativas de educación superior – tecnológica, ampliación de
la cobertura y sentido de programas de formación profesional, programas de
reentrenamiento orientados a sectores dinámicos con alta modernización tecnológica,
cursos de especialización concertados con grupos empresarios, actividades de readaptación
profesional y ocupacional para trabajadores desplazados por la reestructuración
productiva privada y estatal, entre muchas otras que puedan definirse”.
La reafirmación del discurso neoliberal, sostenido desde la mundialización
de los mercados financieros y las innovaciones de las tecnologías de la información,
se expande hacia el plano social efectivizando una destrucción metódica de los
colectivos sociales. Este modelo, que promueve las competencias individuales, intenta
afirmar el “reinado absoluto de la flexibilidad en las relaciones laborales”, cuya
expresión más descarada es el trabajo en plataformas, descripto precedentemente,
que se potencia a partir de una masa de mano de obra docilizada y por la
amenaza permanente del desempleo.
El avance de la pobreza y la desocupación contribuye a reducir el
salario de quienes tienen empleo, puede ser funcional a los empleadores en el
corto plazo, aunque al reducir la posibilidad de educar a los hijos de las y los
trabajadores actuales, por falta de posibilidades de formación, el futuro sigue
plagado de incertidumbres para quienes deberían ser las y los trabajadores de
la industria futura.
El vínculo entre educación – trabajo, se define desde distintas perspectivas,
Graciela Riquelme plantea … “para unos hay que formar técnicos u operarios
eficientes y eficaces para demandas laborales; para otros tiene que
disciplinarse a la futura mano de obra; para algunos hay que formar técnicos u
operarios de formación polivalente; para pocos, independiente de ciertas
opciones anteriores, debería impulsarse la comprensión reflexiva y critica del
mundo del trabajo; y para algunos otros, integrar las dimensiones anteriores en
función de las peculiaridades del mercado laboral”.
Formación para el Empleo y Formación
para el Trabajo.
El modo de producción y el subempleo estructural, tienden a naturalizar
las condiciones y el reparto del trabajo en la economía de mercado actual. La sustitución
del trabajo humano por las tecnologías, han configurado mecanismos de degradación
del empleo tradicional -de tiempo completo, permanente y protegido por la
seguridad social-, se tiende hacia una dinámica de flexibilización de las
relaciones laborales para las y los trabajadores en actividad y el desarrollo
del empleo precario y temporario para los nuevos trabajadores. La terciarización
misma del mercado laboral, genera el crecimiento de las agencias de empleo que
posibilitan que la fuerza de trabajo se subcontrate en el momento que las
empresas lo requieran.
La complejidad del aparato productivo y los mecanismos desarrollados por
el mercado de empleo, replantean la problemática de la Educación Técnica y la Formación
Profesional en este contexto productivo y económico. Deben diferenciarse la formación
para el trabajo y la formación para el empleo.
La formación para el trabajo tiende a
concebirse como una formación integral por medio del trabajo; el trabajo es, a
la vez que una herramienta para la formación, un objeto de conocimiento en si
mismo. Por otro lado, la formación para el empleo busca dar a una persona la capacitación
necesaria para desempeñar una ocupación determinada, una capacitación para el
puesto laboral, sin que implique otro tipo de calificación.
Las demandas de capacitación cortoplacistas, son cubiertas con cursos
que ofertan las instituciones de formación profesional. Desde el ámbito privado
– muchas veces con financiamiento estatal – se realizan propuestas de formación
laboral para diversos sectores sociales. Resulta legitimo satisfacer las
necesidades de amplios sectores ya sea para insertarse en el campo laboral,
como para perfeccionarse en el puesto de trabajo. Pero no deben confundirse con
propuestas que consideren la democratización del conocimiento, que se
desarrollan en el ámbito de las Escuelas Técnicas, donde se plantean una formación
más amplia para el trabajo y la ciudadanía critica y no encuadrar la formación exclusivamente
desde la lógica de la producción o desde el cada vez más segmentado y
cualificado mercado laboral.
Se deben establecer propuestas para que las y los jóvenes desarrollen un
acercamiento reflexivo y critico a las tecnologías actuales, el desarrollo del
pensamiento constructivo resulta necesario para operar en la resolución de
problemas aplicados a los procesos productivos y a un conjunto de servicios de
manera compleja. Esta tarea implica interrelacionar los intérpretes computacionales,
el acceso y manejo de diversas fuentes de información. Los sistemas de producción
actual y el conocimiento científico tecnológico requieren de sistemas de formación
que incrementen las posibilidades de empleabilidad tanto en relación de
dependencia como la visualización de perspectivas laborales autónomas.
La lógica económica y las propuestas
educativas.
Desde la lógica económica se intenta establecer en qué medida la educación
es consumo o inversión, pero para los objetivos de la educación, esta descomposición
convencional es inapropiada. Los programas educacionales contribuyen a la modernización
y al desarrollo de una Nación por otros caminos que no son los de los aumentos
directos de la productividad, aunque en uno de sus aspectos contribuye a la formación
de los recursos humanos para el sistema productivo.
Debe tenerse en cuenta en la evaluación de los planes y programas de
estudio, la determinación de prioridades que son las contribuciones vitales en
las instituciones sociales y políticas, este aporte sustancial del Sistema
Educativo es el denominado “efecto de infraestructura” que hacen inaplicable la
convención contable en el análisis de los servicios educacionales.
En la actualidad existen propuestas formales y no formales, con duración
variable de varios años a otras de pocas semanas, con cursos en distintas
instituciones escolares o en los lugares de trabajo, son destinadas a jóvenes o
trabajadoras y trabajadores adultos en ejercicio, orientados a ocupaciones
relacionadas con los tres sectores productivos, es decir, al sector
extractivo/primario, industrial/secundario y de servicios/terciario; de niveles
que varían desde lo más simple a los mas complejos. Esta descripción del campo,
permitiría construir una amplia tipología de la educación técnica. En esta
diversidad de propuestas, existen iniciativas de capacitación laboral y otras
de formación para el trabajo donde pueden observarse de manera cualitativa los
efectos de infraestructura.
Desde el campo económico se intenta indicar el rumbo a las instituciones
sociales y políticas, desconociendo la complejidad de las mismas, donde los
economistas ortodoxos y neoliberales operan resguardando intereses específicos,
Pierre Bourdieu sostiene … “alejados por toda su existencia y toda su formación
intelectual, la mayoría de las veces puramente abstracta y teórica, del mundo económico
y social tal cual es, están inclinados a confundir las cosas de la lógica con
la lógica de las cosas”.
El resurgimiento en Argentina de las políticas neoliberales, al estar
viviendo tiempos de desilusión, hacen posible la desaparición progresiva del
poder público y del poder regulador del Estado, siendo las condiciones
laborales establecidas por el mercado cada más precarias. Se sostiene que las políticas
públicas volverán a los años ´90, aunque en el campo educativo no es factible
retomar propuestas, sin la manifestación de agudos conflictos sociales, ya que
se ha venido estableciendo una auténtica acción política, estructurada,
concertada y organizada en los últimos veinte años que han posibilitado
establecer, desde el 2005, un marco legal que incluye la Ley de Financiamiento
Educativo (26075), Ley de Educación Técnico Profesional (26058), Ley de Educación
Nacional (26206). Se han establecido principios y responsabilidades políticas en
las distintas jurisdicciones, aunque reconocemos que en los tiempos actuales cada
uno se expresa detrás de su pantalla creyendo que tiene la verdad, produciendo
la ilusión de una implicación política y no asumiendo las consecuencias de los
daños, existe un diluvio verbal que no produce nada productivo, solo potencia
la tensión entre las personas, intensifica el rencor y el aislamiento
colectivo.
No hay ingenuidad en el planteo, existe intencionalidad al implementar
determinadas políticas y favorecer a determinados sectores sociales, van a
intentar la vinculación de la escuela con la empresa, como proyecto político y
social establecerán planes, programas y un marco normativo para vincular la educación
con los sectores productivos y desarrollar articulaciones entre la etapa de
estudio de los jóvenes y el trabajo, en el campo educativo es una dimensión aceptable,
aunque la ceguera obsesiva del concentrado poder económico y de sus aliados políticos
intentarán, como otras veces, bajo el propósito de sostener una fuerza
productiva competitiva, un despliegue de simulación o fraude laboral en esos vínculos
de formación.
Como contraproyecto hay que retomar la idea de encontrarnos, de estar
juntos en sociedad, en las distintas organizaciones de la sociedad civil. Dar
nuestros testimonios, discutir y poner los distintos puntos de vista en las diferentes
problemáticas, hay que consolidar o construir estructuras de intercambio en común,
que establezcan condiciones de conducir a acuerdos, consensos y a la acción política.
Las propuestas de la Educación Técnica tienen que continuar impulsando
una comprensión reflexiva y crítica del mundo del trabajo, que en la actualidad
se encuentra forzado por el trabajo en casa y en plataformas, deben orientarse
a sectores dinámicos con alta innovación tecnológica, desarrollar el
pensamiento para que no se ahoguen nuestras facultades creativas fundamentales,
nuestra humanidad. Las condiciones de época – de derecha o ultraderecha – y el
paradigma del mercado alterarán las experiencias sociales, tendremos que
intervenir en ellas y plantear nuestros principios de la importancia social de
la Educación como un Derecho, su cumplimiento debe estar por sobre la reestructuración
política, la división social del trabajo y la incertidumbre del mercado
laboral. La indiferencia o la perplejidad nos puede paralizar, en los tiempos
por venir donde anticipan el derrumbe del Estado y la principalidad del
mercado, será un intento de modificación simultáneo y complejo de nuestro
pensamiento, no debemos aceptarlo como una correlación cronológica sino como un
intento de imposición que afectará nuestro desarrollo personal y el
mejoramiento de nuestra calidad de vida.
Bibliografía:
-
BOURDIEU, Pierre (1996) “Cosas Dichas”. Gedisa Editorial.
México.
-
HERRERA, Daniel (2001) “Análisis curricular. Planes de Estudio
de la especialidad electromecánica en las Escuelas Medias de Enseñanza Técnica”.
Tesis de Licenciatura FCE – Universidad Nacional del Comahue. Argentina
-
HERRERA, Marcelo (2000) “Enseñanza de la Tecnología en la
Escuela Media Técnica. El caso del área de automatización en sexto año”. Tesis
de Licenciatura FCE – Universidad Nacional del Comahue. Argentina
-
MATTOS, Carlos (1992) “Cambio tecnológico y reestructuración
productiva: Hacia un nuevo periodo de desarrollo capitalista”. Universidad de la Frontera. Chile
-
RIQUELME, Graciela (1996) “La educación para el mundo del
trabajo”. Ediciones Novedades Educativas, Buenos Aires.
-
SADIN, Eric (2022) “La era del individuo tirano. El fin
de un mundo común”. Caja Negra Editora. Buenos Aires.
*Daniel HERRERA. Profesor y Licenciado en Ciencias de la Educación. Universidad Nacional del Comahue. Educador – Escritor. Neuquén, diciembre de 2023.