EDUCACIÓN TECNOLÓGICA… UN DERECHO SOCIAL, FORMACIÓN PARA EL
TRABAJO Y LA PRODUCCIÓN.
Lic. Daniel HERRERA – Lic.
Marcelo HERRERA
En Argentina, la sociedad civil y el
movimiento obrero habían intentado por años producir modalidades educativas que
favorecieran el ingreso a la Educación Secundaria de los sectores sociales
postergados históricamente. Algunas Escuelas de Artes y Oficios a fines del
siglo IXX y en 1898 la primer Escuela Industrial de la Nación en Buenos Aires,
eran las aisladas respuestas que el Estado ofrecía a todos los que bregaban por
la expansión de una formación que permita interpretar científicamente el
trabajo y la producción.
Sólo
el 1% (uno por ciento) de los 300.000 alumnos que estudiaban en escuelas
primarias asistían a los Colegios Nacionales a comienzos del siglo XX, esto nos
refleja la necesidad de los cambios que debían generarse.
Hacia 1923 se crearon 37 Escuelas de Artes y Oficios y 50 Escuelas
Complementarias de educación de adultos con enseñanzas de oficios, que …
“probablemente tendían a satisfacer demandas de sectores bajos y proletarios y
no atendían las necesidades de profesionalización temprana de los sectores
medios, ni las demandas de personal técnico de la gran industria ni del agro”
(Puiggrós, A.)
A
partir de la crisis mundial de 1929, se plantearon estrategias para el
surgimiento de un nuevo modelo de desarrollo; definiendo y consolidando un modo
de regulación basado en una fuerte intervención pública sobre la economía.
Comenzó un proceso de desarrollo y se incorporó la idea de un Estado de
Bienestar, que tendería a solucionar los problemas sociales generados por el
régimen de acumulación capitalista.
Nuestro país en la década de 1940 comienza a impulsar estrategias y
políticas de crecimiento hacia adentro, basadas en la industrialización
sustitutiva de importaciones, y el despliegue de acciones orientadas al incremento
de la productividad a fin de dinamizar el sistema económico. Comenzó a
plantearse como un avance en su institucionalización la relación
Educación-Trabajo y Sistema Educativo-Capacitación Laboral.
El
aumento sostenido de la matrícula a partir de la Principalidad del Estado en
materia educativa, no hubiera sido posible si los sectores obreros no hubieran
tenido la posibilidad de postergar el ingreso de sus hijos a la actividad
laboral.
La
propuesta educativa de la Enseñanza Técnica en este período, se formuló
inicialmente desde la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación
Profesional (CNAOP). Hacia 1952, se constituía la Universidad Obrera Nacional
(UON) que posibilitaba los estudios universitarios a los egresados de la CNAOP,
con el título de “Ingenieros de fábrica” en la especialidad elegida.
Las
Escuelas Industriales de la Nación pasaron luego al ámbito de la Comisión
Nacional de Educación Técnica (CONET), realizando una reforma curricular y el
diseño de planes de estudios, y la Universidad Obrera Nacional será luego del
golpe de Estado del ’55, reformulada como la Universidad Tecnológica Nacional
(UTN).
En
la década del ’70 surge la necesidad de reorientar las políticas sociales y en
el área de la Educación Técnica se implementó el Proyecto 13, con escuelas
cabeceras de regiones geográficas, que fueron equipadas con máquinas e
instrumentos para taller y laboratorios de Física, Química y Ensayos
Industriales de materiales, electromecánicos y de circuitos hidráulicos.
También funcionaron como centros de capacitación y formación continua de
docentes.
En
los ´80 se implementó el Sistema Dual que tiene la característica de la
alternancia entre la escuela y empresas públicas y/o privadas, donde se
realizan pasantías que deben ser coordinadas y reguladas por las Escuelas
Técnicas.
En
1992 se produce la Transferencia de la Educación Secundaria a las provincias y
luego, el cambio propuesto por la Ley Federal de Educación (LFE-1995) desconoce
la historia y las tradiciones pedagógicas de nuestro país. Apostaba a la
solución de los problemas de la formación técnico-profesional en el campo
extraeducacional. La LFE desarticuló la Educación Técnica, la dividió en
Educación Polimodal (que sólo acreditaba para continuar estudios en el nivel
Superior) y los Trayectos Técnicos Profesionales (que formaban para
determinados empleos), se perdían así las incumbencias y la habilitación
profesional del técnico de nivel medio.
Con el objeto de restablecer derechos y una propuesta integradora, en el
año 2005 se sanciona la Ley de Educación Técnico Profesional que manifiesta la
intención de articular… “los distintos tipos de instituciones y programas de
educación para y en el trabajo, que especializan y organizan sus propuestas
formativas según capacidades, conocimientos científicos-tecnológicos y saberes
profesionales”.
En
la Provincia del Neuquén, la hoy EPET Nº 8 fue la primer Escuela Secundaria,
habiendo recorrido las transformaciones descriptas en el ámbito nacional. En
1943 fue creada como la Escuela Técnica de Oficios de Neuquén (ETON), luego fue
Escuela Industrial de la Nación y en 1972, con la inauguración del actual
edificio, fue parte de las Escuelas de Proyecto 13, como Escuela Nacional de
Educación Técnica Nº 1 (ENET Nº 1)
incorporando las especialidades de Electromecánica y Construcciones a la de
Mecánica.
Los
programas educacionales contribuyen a la modernización y al desarrollo de una
nación por otros caminos que no son los del aumento directo de la
productividad, aunque en uno de sus aspectos, aporta a la capacitación de los
recursos humanos para el sistema productivo. En la actualidad hay que trabajar
con las nuevas tecnologías de la información, basadas en la microelectrónica
(computación, telecomunicación digital, control electrónico de equipos y
procesos industriales), ya que son las que han mostrado mayor potencialidad y
se han constituido en el núcleo articulador del sistema tecnológico.
El
conocimiento, hoy se constituye en un factor que profundiza las desigualdades,
y si bien ya no resulta el único factor de movilidad social, la falta de acceso
al mismo y una distribución no equitativa, resultan injustas, pues aleja a los
sujetos sociales de la posibilidad de intervenir en los procesos productivos,
afecta su desarrollo personal y el mejoramiento de su calidad de vida.
Quienes sostenemos la importancia social de la Educación como un
derecho, creemos que debe estar por sobre la reestructuración política, la
división social del trabajo y la incertidumbre del mercado laboral, ligado al
dinamismo del modo de producción. Creemos que se debería partir desde una
lógica que considere la democratización del conocimiento para una formación más
amplia para el trabajo y la ciudadanía crítica, y no encuadrar la formación
exclusivamente desde una lógica de la producción o desde el cada vez más segmentado
y cualificado mercado laboral.
Ciudad
de Neuquén, noviembre de 2008
-
Lic. Daniel A. HERRERA. Profesor del Ciclo Superior
- EPET Nº 8 - Neuquén
Lic. Marcelo E. HERRERA. Jefe General de Enseñanza
Práctica – EPET Nº 8 - Neuquén
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